La producción de leche en el patio, que en la última década se ha visto afectada por factores climáticos, obtuvo su punto más crítico desde 1998 en octubre del año pasado cuando los ganaderos se vieron obligados a importar leche de los Estados Unidos para cubrir parte de la demanda local. Tratando de evitar que se repita tal situación y en un intento de prevenir que los abastos de dicho producto caigan en números rojos, los ganaderos han gestionado la importación de 2,200 vacas lecheras con la ayuda de Fomento Agrícola y su Reglamento Núm. 4442.
No obstante, los ganaderos no pueden cubrir el monto total que se necesitaría para poder importar unas 2,000 vacas adicionales que serian necesarias para llevar la producción a los niveles de la demanda. Para conseguirlo, el liderato del Sector de Leche de la Asociación de Agricultores tramita comprarlas con la Comisión de Agricultura del Senado y para lo que se requiere una inversión de $4 millones.
Veremos que sucede con esta industria en un futuro cercano y que ruta toman las autoridades pertinentes para evitar una catástrofe ya que de continuar con la misma tendencia de los últimos años es posible que la s ubres secas provoquen un colapso en este renglón de nuestra economía.
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